Sofia Kovalevskaia (1850–1891)
Hija de general, feminista, comunista, nihilista y matemática
de genio (será la primera mujer doctor
de universidad en esa disciplina), admirada por Dostoievski, George Eliot y
Darwin, debe una buena parte de su reputación a esta novela corta –a todas
luces autobiográfica– aparecida después
de su muerte, enseguida traducida a numerosas lenguas, y también pronto
prohibida
por la censura: donde el alma rusa se revela como en ninguna parte,
en una de esas aventuras extremas que sólo puede llenar
de gozo a los lectores
más hastiados.
Vera (doble evidente de la
autora), educada en la mejor sociedad
provincial, “sube” a Petersburgo no para hacer un buen matrimonio sino para
comprometerse como tantas jóvenes de su generación (estamos en los años 1860)
con los revolucionarios de entonces, que sólo sueñan con “ir hacia el pueblo”.
Decepcionada
por la mediocridad de su contestación, sueña con un destino y una
misión más alta, casi mística... que la realidad acaba por ofrecerle. Al
asistir al proceso de un puñado de agitadores expuestos a duras condenas, se
siente atraída por uno de ellos y decide seguirlo hasta los confines de Siberia
para aliviar su pena cuando es condenado
a presidio...
¿Seríamos capaces de hacer lo
mismo? Sin duda no, pero una cosa es segura: nada más el libro abierto, lo único
que queremos
es seguir a la intratable, a la conmovedora Vera a donde quiera
que vaya.

SABIA Y REBELDE
Iñaki Urdanibia
Reseña aparecida en “MUGALARI” nº 346 (2005)
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ENTREGARSE A UN IDEAL
Pablo D'Ors
Reseña aparecida en “ABCD Las Artes y las Letras” (30 de abril 2005)
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